lunes, 27 de febrero de 2012

Summer.

Abres el armario y asomando por detrás del altillo puedes ver ese bikini que tanto te gustaba. Te hace recordar todos los momentos que pasaste cuando el sol era persistente y esa era tu mejor prenda. Finalmente consigues cogerlo y una sonrisa te llega a la boca y lágrimas te asoman disimuladamente en las comisuras de los ojos. Lo abrazas y lo hueles pero ni mantiene el olor de la sal marítima, ni caen granos de arena. Te apetece probartelo de nuevo, aunque ni siquiera tengas las marcas del sol y en la calle haya 4ºC
Pero un simple bikini, por muy bonito que sea, no es billete de ida para el verano y desgraciadamente tú ya lo sabes.

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